Una marca está compuesta por distintos elementos, tiene dimensiones tanto físicas como emocionales. Por lo tanto, para construir una marca hay que realizar un trabajo de investigación y análisis de estos aspectos y así lograr un todo coherente. El branding debe estar presente en toda manifestación de la marca, donde sea que haya presencia de la misma debe mostrar consistencia en su identidad.
Este proceso sirve para diferenciar a una marca del resto e implica formas de presentar una imagen de la empresa al cliente, incidiendo en el sentimiento que despierta en él con el objetivo de generar un vínculo que se mantenga en el tiempo. Es decir, posicionar a la marca y ubicarla en la mente de los consumidores para que la tengan en cuenta a la hora de comprar.
El branding resalta la cultura, el conocimiento y especialmente la gestión de la marca, la cual se convierte en el eje esencial de la estrategia empresarial. También es importante destacar los valores de la marca, generar credibilidad y confianza, y fortalecer la identidad de sus productos o servicios. Las marcas necesitan tener una identidad fuerte y coherente que las ayude a potenciar y administrar cómo la audiencia las percibe.
1) El nombre de la empresa. Este debe ser memorable, fácil de recordar y de pronunciar y está relacionado al concepto de marca.
2) Identidad corporativa. La representación visual de la propuesta de valor de una marca, identidad visual de la compañía.
3) Posicionamiento. La empresa determina el espacio que quiere utilizar en la mente del consumidor.
4) Lealtad de marca. Es el grado de compromiso que se tiene hacia una marca, el factor emocional del consumidor.
5) Arquitectura de marca. Es el proceso mediante el que se definen los roles y relaciones entre diferentes marcas de una compañía.
+ Ayuda a definir ventajas comparativas en un mercado altamente competitivo y homogéneo.
+ Otorga personalidad a la marca mediante atributos y valores, lo que humaniza a las empresas.
+ Permite la consolidación de la marca y su reconocimiento por parte de los consumidores.
+ Acelera el viaje del consumidor y consigue que los usuarios vuelvan a elegir tu marca.
+ Ayuda a fidelizar clientes, genera un sentido de comunidad entre los usuarios.
+ Permite generar atracción hacia un ecosistema de marca, incentiva a los clientes a invertir más y logra marcas premium.
+ Genera comunidad dentro de la empresa, lo cual minimiza la rotación laboral.
+ Incrementa tasas de respuesta y optimiza el retorno de inversión.
Para construir una marca fuerte se requiere el conocimiento y experiencia de profesionales del área, ya que estos sabrán tomar decisiones adecuadas y que perduren a largo plazo. Además, ayudará a que tu negocio prospere, tendrás clientes fieles que valoren y promuevan tu marca, lo que puede significar grandes diferencias en tu presupuesto.
